Nancy, la primera novela del escritor chileno Bruno Lorette, cuenta la trágica historia de su protagonista de 17 años, quien se escapó de una familia pobre y rota en Chile. Su historia es la de una lucha desesperada por sobrevivir en un mundo implacable y ridículo donde la pobreza y la insatisfacción son palabras de vida incuestionables. El texto es emotivo y desgarrador, lo que puede resultar casi deprimente.
Pero tal condena a la novela no se centra en su propósito: criticar las fuerzas de la sociedad que hacen tan mala la vida de tantos chilenos. De hecho, «Nancy» es, en el fondo, un comentario social, y el intento de Lorette de llamar la atención sobre las deficiencias de la sociedad chilena moderna es el golpe que envía a su protagonista a su solitario final. Las duras críticas de Lorette a la industria pesada (por ejemplo, la minería, el procesamiento) y las denominaciones cristianas que consumen la vida de los chilenos son particularmente viciosas porque él diseña estas fuerzas para explotar a los miembros más vulnerables de la sociedad: aquellos que luchan por poner alimentos solos.
En el corazón de lo que hace que «Nancy» sea tan provocativa está la escritura de Lorette, que es tan estimulante como el poema en sí. La historia contada a la primera persona es más fragmentaria que sincrónica, mezcla fragmentos de diálogo con breves párrafos de descripción. El tono es resignado, bastante impasible, pero el producto final de Lorette es verdaderamente artístico. Su elección de palabras (y la traductora Ellen Jones) es que ella muestra su capacidad para presentar imágenes impresionantes de áridos salares, montañas remotas, extensas playas y ciudades apocalípticas, incluso con una frase corta. Pero lo más impresionante de la escritura de Lorette es la rica identidad religiosa que teje a lo largo de la novela, que combina imágenes impactantes de frustración y desesperación para expresar una crítica clara y poderosa de la sociedad.
Sin embargo, el elemento memorable de “Nancy”, la X negra en negrita esparcida en cada página, rompe el diálogo y la descripción y en muchos casos obtiene la puntuación tradicional; En una carta al lector, Lorette se refiere al mismo X como «El Crucio» (la cruz), otra referencia a la identidad cristiana. Ya sea que marquen una pausa en la conversación, o incluso un latido del corazón o un reloj de arena simbólico, su significado es completamente subjetivo, pero hacen de la lectura de la novela una experiencia visual, concreta y personal única. El uso de Lorette en El Crucio es particularmente útil cuando se interrumpe una conversación o acción, agregando un elemento de silencio al texto que cambia el significado de las palabras que lo rodean. Esto le permite a Lorette crear subtexto y evocar tanta emoción con frases cortas y duras; De hecho, El Crucio es realmente una parte importante del éxito de la novela.
«Nancy» es una lectura única que merece la atención de cualquier lector atento. Sus interpretaciones son ricas, sus emociones son conmovedoras, sus signos son profundos. Sobre todo, el uso de Lorette por parte de El Crucio agrega elementos adicionales de narración que interactúan de manera creativa entre el lector y el texto. Con todo, es una obra impresionante que lleva a sus lectores a reflexionar sobre sus temas después de terminar la página final, llamando poderosamente la atención sobre el daño diario que la despiadada industria pesada y los grupos religiosos dominantes hacen al pueblo de Chile.
– Redactor del personal Daniel S. Se puede acceder a De Castro en [email protected]
«Lector típico. Especialista en música. Aficionado a la comida. Pionero de la televisión. Estudiante de toda la vida. Ávido amante de los zombis».
More Stories
Cyber Day: un carrusel de ofertas que no puedes dejar pasar
Colchones de 2 plazas: calidad y confort para tu sueño tranquilo
Las carpas adecuadas para cada tipo de aventura