América Latina y el Caribe están perdiendo territorio. Debido a la combinación extrema de degradación de la tierra, sequía y cambio climático, la región se ha convertido en una de las regiones del mundo donde las tierras más sanas y productivas se ven afectadas anualmente, según un informe Datos recopilados por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD)que incluye información proporcionada por 126 países hasta 2022.
“Somos un continente que todavía tiene una economía extractiva, que no reconoce el valor de la naturaleza y los servicios ecosistémicos que nos brinda, una región donde no hay consecuencias económicas ni negativas que afecten el suelo”, lamenta un ciudadano costarricense. Andrea Meza, Secretaria Ejecutiva Adjunta de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación.
En total, en 2019 -y tomando en cuenta solo los países que reportan este tipo de información a la Convención de la ONU de Lucha contra la Desertificación- 378 millones de hectáreas fueron degradadas en América Latina y el Caribe, una proporción que casi triplica la superficie de Colombia, lo que representa 22 % de la tierra de la región. Mientras tanto, la sequía afectó a 377 millones de hectáreas solo entre 2016 y 2019, y el pico más grave se produjo en 2017.
Entre los países que han presentado datos a la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, México es un caso particularmente crítico. Con 139 millones de hectáreas degradadas en 2019, el 72% de su superficie ya ha sido afectada por este fenómeno. En cuanto a la sequía, el tablero de la CLD indica que hasta 115 millones de hectáreas de tierras mexicanas fueron afectadas entre 2016 y 2019.
Los datos de la región superan el promedio mundial: la degradación reportada por los 126 países participantes alcanza los 1.500 millones de hectáreas, equivalente al 15% de la superficie mundial. Si no se toman medidas, se estima que la pérdida de tierras aumentará un 4% cada cuatro años en todo el mundo, afectando a más de 1.800 millones de personas sólo debido a la sequía.
En América Latina hay actualmente alrededor de 539 millones de personas (41% de la población reportada en 18 países) afectadas por la degradación de la tierra. En cuanto a la sequía -para la cual la Convención de la ONU de Lucha contra la Desertificación cuenta con información de 20 países de la región- se estima que 196 millones de personas están afectadas.
Como explica Meza, de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, la sequía y la degradación de la tierra son dos fenómenos que van de la mano y conducen a la desertificación, un proceso en el que la tierra pierde su fertilidad y se vuelve más seca. Esto afecta no sólo a la biodiversidad, sino también a la capacidad de producir alimentos. «Cuando sufrimos sequía, no es sólo porque llueve menos, sino porque -cuando hay tierras degradadas- nuestra vulnerabilidad aumenta. En otras palabras, si tenemos tierras sanas, en períodos de escasas precipitaciones o de escasa sequía, tendrán mayor capacidad de Resiliencia.
República Dominicana: un estudio de caso
Si uno navega por el panel creado por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación para recopilar esta información, puede examinar de cerca la realidad de los países que han informado a la Convención. Con 1,49 millones de hectáreas degradadas (31% de su superficie) y 4,65 millones de hectáreas afectadas por la sequía (96%), República Dominicana podría declararse en crisis.
Sin embargo, según Meza, si miramos lo que pasaba allí en 2015, nos damos cuenta de que la degradación de la tierra disminuyó del 49% al 31%. El país ha comenzado a trabajar en una ambiciosa meta de restauración de suelos, y ya trabaja para restaurar 240.000 hectáreas en la cuenca del río Yaqui del Norte, así como en zonas productoras de cacao en la provincia de San Francisco de Macorís.
El experto añade: “Hay varios países que dan buenas señales a través de las políticas generales que se deben seguir”. “Esto implica comprender la gestión de la tierra y comprender que se debe permitir que la naturaleza continúe su trabajo, ya sea mediante la promoción de corredores biológicos o mediante la aplicación de sistemas agrícolas mixtos, como los silvopastos”. [the practice of integrating trees and grazing] O agroforestería”.
Amazonía y el Cono Sur: otras áreas críticas
Meza explica que América Latina, además de un país, tiene vastas áreas que son críticas para la sequía y la degradación. Por supuesto, existe el riesgo de perder la región amazónica -una región compuesta por nueve países- que actualmente sufre una de sus peores sequías. Hay que evitar a toda costa que la selva amazónica llegue a un punto de no retorno. “Pero también hay una sequía en el Cono Sur, que ha impactado el PIB de Argentina, Paraguay y Uruguay. La megasequía ha afectado a países como Chile.
Si nos guiamos por los datos reportados por Chile y recopilados por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, se estima que sólo alrededor del 6,44% del área reportada ha sido degradada, equivalente a 4,6 millones de hectáreas. Sin embargo, si se tienen en cuenta los datos sobre las sequías, el fenómeno es mucho mayor y afecta al 66% de las superficies reportadas, lo que equivale a unos 50 millones de hectáreas.
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