- Luis Ignacio de la Torre Shamípresidente1,
- Camila Michaela Escobar Liquitaygran investigador2,
- Eva MadridSeñor3,
- Juan Víctor Ariel FrancoInvestigador asociado4
1Consejo Regional de Valparaíso, Colegio de Médicos de Chile, Departamento de Obstetricia y Ginecología, Facultad de Medicina, Universidad de Valparaíso, Chile.
2Departamento de Investigaciones, Hospital Universitario Italiano de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina.
3Centro Interdisciplinario de Estudios en Salud CIESAL, Universidad de Valparaíso, Chile.
4Instituto de Medicina General, Facultad de Medicina, Universidad Heinrich-Heine de Düsseldorf, Düsseldorf, Alemania.
En octubre de 2019, los chilenos salieron a las calles para protestar contra problemas persistentes como la justicia social, la desigualdad socioeconómica y la mala calidad de la atención médica. Exigieron una nueva constitución.12 Como resultado, se eligió una Asamblea Constitucional para redactar una nueva constitución y se propuso un proyecto de nueva constitución para votación el 3 de septiembre de 2022. Uno de los cambios más importantes implica una reforma integral del sistema de atención médica establecido en 1981. bajo la última dictadura militar (1973-1989). Permitió a la gente elegir si financiar compañías de seguros públicas o privadas, privatizando masivamente el sistema de atención médica y otorgando acceso preferencial a quienes podían permitírselo.3 En los últimos 20 años, varias iniciativas han abordado este proceso, incluida la Ley de Garantías de Salud (2000), que exigía que todos los proveedores garantizaran una atención de alta calidad para las condiciones de salud prioritarias. Esto se amplió posteriormente con la Ley de Enfermedades Catastróficas (2015).34
Actualmente, el 17% de la población de Chile (personas con altos ingresos) cotiza a compañías privadas de seguros de salud, pero los proveedores de atención de salud privados brindan asistencia médica a usuarios públicos y privados, y la mitad de sus servicios de salud se brindan a usuarios públicos.5 Chile es un país de altos ingresos con indicadores de salud prometedores en comparación con otros países de la región latinoamericana en cuanto a enfermedades infecciosas, desnutrición, salud perinatal, mortalidad infantil y esperanza de vida, pero con una alta prevalencia de tabaquismo, consumo de alcohol y obesidad.67 Algunos de estos cambios positivos en los indicadores de salud fueron posibles gracias al aumento de la inversión en atención médica, que actualmente representa el 9,8% del PIB, mientras que el gasto directo de bolsillo disminuyó del 45% en 2005 al 32% en 2020, pero sigue siendo alto. En comparación con el promedio de la OCDE del 20%.8 Sin embargo, existe un descontento cada vez mayor entre la población chilena debido a las persistentes desigualdades no resueltas en la atención de salud, incluidos largos tiempos de espera y altos costos de bolsillo, lo que tiene un impacto particularmente significativo en las personas afectadas por condiciones no cubiertas por las leyes de atención. . . Los pacientes pueden contraer importantes deudas personales o recurrir al crowdfunding para acceder al sistema privado, donde se dispone de atención rápida.
El nuevo proyecto de constitución prevé un sistema nacional de salud universal financiado con fondos públicos y regido por los principios de igualdad, solidaridad y multiculturalismo. El sistema propuesto se construirá sobre una red integrada para brindar servicios de salud, incluidos los sectores público y privado, con un fuerte enfoque en la atención primaria. El reciente éxito en la integración de todos los proveedores de servicios bajo la autoridad del Ministerio de Salud para hacer frente al coronavirus ha proporcionado una experiencia positiva para este movimiento. Esta propuesta proporciona un cambio cultural significativo con respecto al acceso equitativo a la atención médica al aumentar los gastos específicos en atención médica con un enfoque en la inclusión de poblaciones desatendidas. Además, el PIB actual (9,8%), combinado con las contribuciones adicionales de los empleadores y del Estado a la salud, colocaría a Chile a la par de otros países desarrollados.8 Además, el borrador también hace referencia explícita al concepto de bienestar, incluida la salud física y mental, así como a priorizar los cuidados paliativos y la muerte digna, lo que conducirá a una mejora significativa y positiva de la calidad de vida. Si se aprueban, las encuestas nacionales de salud periódicas serán cruciales para evaluar la satisfacción de los usuarios en un país donde es difícil aumentar los indicadores generales de salud.9
Los principales críticos del sistema propuesto han argumentado que el papel del sector privado como proveedor de atención médica no se ha aclarado completamente. Por ejemplo, según el borrador de la propuesta, la atención primaria financiada con fondos públicos debería recibir a 3,5 millones de usuarios actuales de proveedores privados. Además, la derivación a especialistas desde la atención primaria puede desafiar 60 años de tradicionalmente libre elección de proveedores, considerando que la asistencia sanitaria privada desempeña un papel esencial (el 50% de la atención médica, el 30% de los procedimientos quirúrgicos y el 40% de las pruebas diagnósticas) y no se puede realizar. . Excluido del sistema.6 Se han planteado dudas adicionales sobre cómo se reconocerá constitucionalmente el multiculturalismo, incluido el uso y la enseñanza de la medicina ancestral, y cómo se hará operativo en términos de orientación, financiación y su interacción con las principales intervenciones basadas en evidencia.
Polarizó las opiniones entre partidarios y opositores del proyecto de constitución, y la atención médica se convirtió en un tema que generaba los niveles más altos de expectativas entre la población. La percepción del sistema actual como ineficaz es tan clara y las expectativas tan altas, que puede resultar difícil satisfacerlas con los recursos disponibles. Si se aprueba el borrador actual, será necesario invertir fuertemente en infraestructura sanitaria para cumplir con los objetivos del nuevo sistema, así como legislar y regular cuidadosamente el sistema. Pero lo que sí es seguro es que la reforma del sistema de salud representa una oportunidad para que Chile reduzca las desigualdades existentes y satisfaga las necesidades de su población.
Notas a pie de página
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Conflicto de intereses: Ninguno declarado.
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Fuente y revisión por pares: no ha sido encargado ni ha sido revisado por pares.
Referencias
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